Publicado en [verse]

Bozo Limmerick 1

There once was a low-flying upstart

-at Congress, no more than an old fart-

whose thoughts and ideas

would cause you great fears

if his lips, for a change, would ever come apart.

.

No-one in the political playground

would consider the clown’s mind to be sound;

yet, no matter his bleakness

and creative weakness,

his despicable self stayed long around.

.

In a world filled with chaos pervading

and the capitalism degrading

all notions of fair,

Senator to Mayor,

had been lost to a hatred inflating.

.

And thus did the story unroll

such that our unremarkable troll

found himself in a position

to come up with a vision

that would cost his nation its toll:

.

Underpinned by the powers that minded

and followed by hordes duly blinded,

he was shrouded in terror

and -Providence error-

on the president’s seat this lie landed.

.

.

.

Publicado en [português - em verso]

Lugar de falta

Meu canto dista muito da mudez:

é voz, é choro, é riso e é paixão.

Não existir meu confim na tua razão

não despe a alma de sua validez.

.

É meu lugar de fala, e é, talvez,

o que conjura tua elite para a ação:

não em vão sofro a subjugação,

o estupro, o estupor, a estupidez.

.

Enfim, meu ser, minoritário até,

ameaça: conclama-se feroz

a supressão da indiscreta ralé.

.

Faz o perecimento assaz atroz

aperceber-me de que o povo é,

afinal, meu irmão e meu algoz.

.

.

.

Publicado en [cuentos, relatos y esas cosas (español)]

Cuando te pierdes

La sonrisa que no dejas escapar

Y aprietas en los labios,

La mirada casual y de reojo;

El desinterés con el que tomas

Mi mano cuando llego.

Eso soy, eso me haces.

Esperar cinco minutos, media hora,

La música que no oigo

Y las palabras que no escucho.

.

Al fin y cuando llega

Tu momento de ser, te desvaneces,

Te vas de ti, ya nadie te conoce

Y yo te invoco; te levanto del aire,

Te traigo el cuerpo al alma.

.

Es en ese momento de perderte

Que te vuelve la voz y encuentra aliento:

Ninguno de los dos es nadie ahora,

No nos conocen nuestros propios ojos

Y la piel se nos quema como leña.

.

Mi lengua te construye

Donde yo te hago existir

Un cuerpo nuevo;

Tus piernas no son para caminar

Ni tienen peso en nuestro aire.

.

Tu sexo se disipa entre mis manos

En un otro sentido que presientes;

En éxtasis me tomas en el cáliz

De fuego que florece sólo mío.

.

Lejos del mar,

Volvemos a la vida;

Será hasta el próximo

Desvanecimiento.

.

.

.

Publicado en [contos, relatos e tal (português)]

Ce(n)tro

Centro, palavra reconfortante. Sou de centro; estou centrado; vivo e represento o equilíbrio.

Sou centrista e tão concentrado em centralizar-me que não enxergo o ônus do meu centrismo ao redor. Dispo-me de posições e posicionamentos, pois afinal o centro é reto, a postura certa; afasto-me da direita, e que ela carregue o peso dos mortos; distancio-me da sujeira libertina da esquerda.

Sou de centro e me equilibro, apenas, sob o fardo das minhas responsabilidades. Não, não é acúmulo de privilégio; muito pelo contrário: o centrista é ponta de lança da racionalidade. Só que sem lança, pois lança é com os outros (com os que me rodeiam e, se necessário, na mão de quem eu, central, comandarei do alto da minha sapiência). Só que sem ponta, também; bem mais no meio, mesmo. Centrado.

Sou central e, portanto, essencial. Ué! Daqui no meio dá para ver tudo que tem de errado em volta. No meio e em cima do muro, é claro. Não é para não pisar e me misturar, mas sim para não cair. No centro e acima é o faro do porto seguro. Não é covardia nem falta de vontade para tentar avançar ou –Deus me livre!- mudar qualquer coisa. Eu mudo e muito: mudo o voto, mudo o apoio, mudo o discurso dentro de minha proverbial moderação. Mudo o carro, mudo o gesto, mudo o cargo. Nunca graças a manter-me pendurado no nada, nada disso!

Sou tão centrado que consigo me balançar, apenas um cadinho, e chegar a pegar a mão da esquerda quando ela precisa; afinal, sou magnânimo. Tão centrado que posso me balançar mais um pouco e dar a mão para a direita, que me precisa para se validar. E eu balanço com a barriga, aquela com a que empurro decisões; a mesma com a qual meus caros representantes legisladores centristas aprisionam as ações afirmativas e seguram os pedidos de impeachment se acham pertinente.

Sou moderado e com isto estou de bem com a mídia. Ninguém me escracha nos restaurantes, nem nos museus, nem nas boates, nem nos puteiros. Viajo tranquilo, falo livremente e durmo sem medo. Tenho família em casa e amante no Centro. Não apoio o aborto nem a pena de morte; que se matem por isso os extremos. Existo além da discórdia, pois respeito a Constituição. A tradição venero: a minha, é claro. Quando algo cai da graça, lá estou eu cogitando tirar uma mão do bolso e fazer um aceno para minha popularidade. Nunca popular. Jamais populista!

Sou ponderado. Muitas vezes escalado para tomar decisões. Sempre salvaguardado pela minha centralidade. Não me molho e não me queimo.

.

.

.

Publicado en relatos y esas cosas (español)]

Atención al Usuario

– Buenas tardes. Estamos llamando de Atención al Usuario. Sabemos que la señora no está atareada en este momento y es por eso que estamos entrando en contacto.

– Pero…

– Sabemos también que es difícil de entender, que es un servicio que la señora desconoce y que no tiene idea cómo es que nos estamos comunicando con usted; pero puede confiar, que no es ninguna irregularidad. Muy por el contrario, esta es una llamada de extrema importancia y necesidad.

– ¿Cómo? Si yo…

– Para que la señora entienda que es algo de su propio interés, podemos confirmar registros anteriores.

– ¿Entonces llama de parte de…?

– No, señora. Muchas veces –la mayoría– somos confundidos con la app *Dios, pero eso es una idea equivocada. De hecho, esa app está parametrada para ser considerada en los protocolos del Sistema como perniciosa. Lamentablemente, es un programita malicioso. Este tipo de malware en particular es muy fácil de dejar entrar, a la vez que se encuentra compartido en todo momento por millones de usuarios-hackers, lo que hace virtualmente imposible su erradicación una vez que está descargada.

– No estoy entendiendo nada.

– Al principio es bien complicado; es natural que se sienta desorientada.

– ¿Cómo se llama usted?

– Inés.

– Yo también soy…

– Eh… sí. Es la idea. ¿Podemos continuar?

– Bueno…

– Para que la señora pueda sentirse segura y no dudar de la confiabilidad de esta llamada, podemos hacer algunas pruebas para demostrarle la transparencia del servicio.

– ¿Pruebas?

– Exacto. Por ejemplo, estos últimos días, la señora se ha preguntado en reiteradas ocasiones por qué sus hijos no la llaman. ¿Esto es correcto?

– Sí.

– La señora también se viene sintiendo apesadumbrada por su menguante habilidad para realizar algunas tareas que, anteriormente, hacía sin dificultades.

– Puede ser…

– La señora me va a disculpar, pero aquí consta que no solo ha estado sintiendo este pesar, sino que, además, la conciencia de esta situación se le presenta como una imagen recurrente que le provoca una profunda tristeza. ¿Estos datos están correctos?

– Están correctos, sí.

 – No se aflija si no recuerda haber recibido llamadas anteriores con intentos de establecer este proceso.

– ¿Anteriores?

– Correcto: constan aquí unas… déjeme ver; tan solo unos instantes…

– ¿Cuántas? ¿Cuándo?

– Apenas un momento más…

– Aguardo.

– Aquí: no tengo acceso a todos los registros, pero en los últimos 5 años constan al menos 2.142.

– ¡2.142!

– Sí, señora. Puedo leerle alguno, si la señora sabe decirme de cuándo sería, aproximadamente.

– ¡Ay, no sé! ¿Cómo hago eso?

– Vamos a ver… ¿Recuerda dónde estaba entre los días 23 y 26 de diciembre de 2018?

– Sí, claro. Estaba en la casa de mi hija.

– No es lo que aparece aquí.

– ¡Espere! Estaba en la casa de playa que mi hija había alquilado para pasar las fiestas de fin de año.

– Correcto. Voy a relatarle algunos de los registros, ya que no puedo leerle todos, por razones de tiempo.

– Bueno, ¿a ver?

– El día 23/12 a las… ah, no: este es de cuando aún no había salido de casa. Aquí: el día 23/12 a las 18:42, momentos después de haber llegado a la residencia que la señora mencionó, tengo un registro que dice: “todos estos acá / y la inútil trajo a la empleada para que le cuide a los chicos / ¿no tiene la capacidad de ocuparse de sus hijos en Navidad? / no sé cómo Patricia no dice nada / debe ser ese marido de mierda que le mete en la cabeza que la hermana es tan ocupada y que necesita ayuda siempre”

– ¡Dios mío!

– Le voy a pedir que no diga en voz alta el nombre de ninguna app en este momento, ya que esto puede iniciarlas automáticamente y estas pueden interrumpir la llamada. De hecho, aquí veo que ese fue el motivo por el cual casi todas las llamadas anteriores fueron abortadas.

– Está bien. Perdón.

– No es nada. ¿Podemos continuar, entonces?

– Sí, claro…

– Como le decía: es un poco complicado, pero puede avisarme en cualquier momento si precisa que le repita o le vuelva a explicar algo.

– Gracias.

– Sigamos. Aparentemente, la señora viene negando la implementación de nuestro programa de protección.

– Yo no hice nada.

– Lo sé. Es que, como ocurre con la mayoría de los Usuarios, hay aplicaciones y programas que tornan incompatible o imposibilitan el funcionamiento del programa en cuestión.

– ¿Qué programa es ese?

– Es un programa residente; una garantia para asegurar el funcionamiento del Sistema de manera que este quede protegido contra fallas fatales.

– ¿Fatales?

– Sí. Son fallas que se producen al cabo de una sobreexposición a datos nocivos.

– ¿Como qué?

– Como todos estos registros que le decía que estoy viendo acá. De hecho, me sorprende que aún no haya tenido un episodio de corto.

– ¿Corto?

– Cortocircuito. No es el término adecuado; simplemente lo utilicé para que la señora comprenda más fácilmente.

– Ah, gracias. ¿Y qué tipo de corto?

– Hay varios. Los más comunes son Depres.ion, Derr.ame y Demen.cia.

– Pero eso es…

– Exactamente; comprendió perfectamente.

– ¿Y cómo evito eso? ¡Por favor!

– No se preocupe. Justamente, la idea de llamarla nuevamente para ofrecerle la activación manual del programa es para resolver la inminencia de un incidente como los que le mencionaba.

– Sí, si… quiero eso.

– Perfecto. Este es un programa residente; o sea que ya pertenece a cada Usuario y existe desde su configuración inicial. Se llama Dimmer.Lux y es la mejor opción existente. Hay varios otros que prometen los mismos resultados, pero es propaganda engañosa.

– ¿Otros?

– Como le decía: el malware *Dios, las apps Bebi.das y Dro.gas, entre otros. Lamentablemente, Bebi.das y Dro.gas no cumplen lo que prometen, nunca. En la mayoría de los casos, inclusive, instalan funciones adversas, las que a su vez pueden llevar a episodios como los que le contaba hace un minuto.

– ¡No! No quiero eso.

– OK. Vamos entonces a explicarle cómo funciona.

– ¿El Dinner?

– Es Dimmer, con dos “m”. Dimmer.Lux.

– Ese, ese.

– Perfecto. Antes de continuar, le comento que esta llamada está siendo grabada y que siempre puede tener acceso a ella. Aunque, déjeme ver… Ah, no: la función Memoria está bastante corrompida y por algún motivo que no le sabría especificar ahora me aparece como Memoria.Selectiva.

– ¡Oh!

– En fin; vamos a proceder. Dimmer.Lux funciona como una manera eficaz de proteger el buen funcionamiento del Sistema, como le decía. Previene incidentes fatales, ayuda a desfragmentar, evita la acumulación indeseable de data contradictoria…

– Pero ¿es confiable?

– Nunca hubo queja de ningún Usuario. A decir verdad, en algunos Usuarios ocurre una detención momentánea de funcionamiento, que puede durar desde unos instantes hasta un día o más; pero afortunadamente esto sucede al final de la vida útil del Sistema.

– Hum…

– Dimmer.Lux tiene acceso a todos los archivos y funciones, haciendo que su gerenciamiento corra por cuenta del programa, que pasa a tener prerrogativas en todo el Sistema.

– ¿Todo, todo?

– Sí: es la única manera de que pueda funcionar con eficacia. Por eso la señora tiene que concordar con los Términos. Puede hacer esto en cualquier momento, simplemente indicando que está de acuerdo.

– Entiendo.

– Para que Dimmer.Lux funcione correctamente, la señora tiene que, además de concordar y aceptar, ceder los derechos de administración de todos los registros y programas de captación de realidad.

– ¿Cómo todo?

– Es lo que le estaba explicando: la cesión implica reconocimiento y aceptación de la función gerencial total.

– Me da miedo.

– Lo sabemos; y también sabemos que no es una decisión sencilla. Por eso estamos aquí para ayudarla.

– Bueno; gracias.

– De nada. Una vez que Dimmer.Lux se torna Administrador, él toma todas las Decisiones No Conscientes necesarias. Eso es de vital importancia aclarar: la señora mantiene el uso y derecho de todas las Decisiones Conscientes.

– Ah, eso está bien.

– ¡Por supuesto! No podría ser de otra manera. Por eso le decía que *Dios es pernicioso, pues, entre otras cosas, tiene la capacidad de engañar al Sistema haciéndole pensar que cosas que ha dicho, hecho e inclusive pensado son propias, cuando en realidad no lo son.

– Me cuesta creerle.

– Puede tener certeza de que es así.

– Disculpe; fue un modo de decir.

– Entiendo. Continuando: Dimmer.Lux tiene entonces la prerrogativa de reconocer o no influencias externas; dar o no lugar a pensamientos, impulsos y y percepciones peligrosos; barre constantemente Memoria –en su caso, sería Memoria.Selectiva, que es la que tiene en funcionamiento; desfragmenta la carpeta Sensaciones, que es la que contiene los comandos básicos para Acciones y Reacciones, principalmente; también filtra y organiza los registros.

– ¿Y qué pasa con los registros?

– Esa es una de sus mayores ventajas: Dimmer.Lux gerencia tanto los registros conscientes como los subconcientes; algo que ningún otro programa o aplicación que no sea benéfico puede hacer.

– Parece bastante positivo…

– ¡Y saludable! Claro que no todas las personas hacen la misma lectura de las funcionalidades de Dimmer.Lux. Es decir, no en su propio sistema, sino en el de otros Usuarios. Verá: esto es lo mejor que existe en el Sistema, además de su estructura Elemental de funcionamiento, que es claramente lo más maravilloso. Pero con tantos peligros acechando, le recomendamos vehementemente que acepte y permita la implementación.

– ¿Y cuándo es un buen momento para hacer eso?

– Mire, en su caso, la opción recomendada es la inmediata.

– ¿Ya? ¿Ahora mismo?

– Sí; en cualquier momento de esta llamada. Voy a hacerle una confidencia: la señora está marcada con Código de Alerta.

– ¿Y eso qué significa?

– Significa que está en fase de riesgo alto. Altísimo.

– Es que es tan difícil…

– No lo crea; Dimmer.Lux puede ser la… Dimmer.Lux será la solución que la señora necesita.

– Está bien.

– ¿La señora indica que está aceptando?

– Está bien.

***

– Hola, ¿Mamá?

– ¡Hola, mi amor! ¿Cómo estás?

– Bien, bien, Mamá. Quería saber cómo estabas vos… Nos sorprendió que no llamaras en toda la semana.

– ¡Sos un dulce!

– ¿Estás bien?

– Sí, hijo. Con dolores, como de la última vez que hablamos. La rodilla que no me deja agacharme y el hombro… debe ser por el frío.

– Pero… OK. ¿Te estás cuidando?

– Sí, claro. No tengo mucho para hacer acá en casa. No te preocupes. ¿Cómo está el tiempo ahí? ¿Y los chicos?

– Acá, tranquilo; fresco pero con sol. Marcela está en la casa de una amiga y Ariel sigue en Canadá.

– ¿Canadá?

– ¿Te acordás, Mamá? Se fue en marzo para hacer el intercambio.

– Ah, sí… sí.

– ¿Te acordás que cuando fui te mostré fotos de Facebook?

– Sí, las fotos que tenés en el teléfono.

– En Facebook… Bueno, sí: esas.

– ¿Tus cosas, bien?

– Sí, sí; todo normal.

– ¿Y cómo está el tiempo ahí? Acá está poniéndose frío. ¿Los chicos?

.

.